Arriola/Orellano

Espero que estés leyendo esto Day, recuerda que lo escribí cuando tenía 21 años. Seguramente hallas decidido ejercer tu título docente, y no sea tu único trabajo. Espero que también hayas podido estudiar aquello que también te gusta que es la costura. Esta carta es para hacerte acordar de aquellas cosas que fuiste aprendiendo durante tu formación docente. Recuerda que aprendiste que toda la sociedad se manejan mitos que están tan naturalizados que las personas creen que son 100% verdaderos, que siempre son así, pero esto no es cierto, no generalices nunca sólo porque sucedió algo un par de veces, no clasifiques personas por lo que no sabe. Nosotros somos humanos, no nacemos con todos los saberes incorporados nuestra mente,  debemos aprender de manera gradual, hay muchísimos conocimientos en el mundo que no conoceremos a todos, no juzgues a nadie sin conocer su situación. El mundo se maneja por el capitalismo, lo cual provoca muchos cambios algunos mas fuertes que otros. Se que aunque e

Querida Jennifer, realmente quiero que cuando pase el tiempo te acuerdes de todas las cosas que aprendiste en la materia política institucional y durante todo tu paso por el profesorado comenzando por la idea de que nuestra sociedad se rige por mitos que nosotros mismos naturalizamos. Con el tiempo la gente suele volverse cerrada a ideas nuevas espero que vos no seas una de ellas. La personas quieren conservar los mitos que sin hacer ningún bien hoy en día seguimos conservando. Tu misión es  intentar desnaturalizar estos mitos, desde tu lugar podes hacer algo y confío que en 20 o 30 años seguirás con la misma convicción que tenes hoy de ser una buena docente, objetiva y sobre todo humana. Los mitos poseen algo de verdad y es por eso que la gente se aferra a ese pedacito de verdad y no ve lo demás. No ven que hay gente que sufre a causa de estos mitos. No se dan cuenta que de una villa puede salir, un buen profesional, un atleta, una buena persona. El mito siempre toma algo de la reali

Hoy en día está ocurriendo una situación realmente perturbadora.  Los tratados de libre comercio y las políticas de reforma implementadas en las últimas décadas han contribuido a definir un espacio propicio para la comercialización de la educación. La educación se vuelve un bien comercial. En este texto la autora hace énfasis en aquellos aspecto de la economía y el comercio que la mayoría ignora. Básicamente, la autora afirma que bajo todas las cláusulas y “acuerdos” estipulados en casi todos los TLC se esconde una intensión macabra. Bajo esa fachada de “acuerdos” se doblega países en desarrollo. Los países desarrollados dominan y los que se encuentran en desarrollo deben someterse.  Tanto en  organizaciones comerciales internacionales como en los acuerdos de libre comercio no sólo se regula el comercio de bienes, sino también el comercio de servicios incluyendo entre estos últimos a la educación, así como a la propiedad intelectual y a las normas relativas a la inversión extranjera